El jueves pasado estuve de turno y después de la muerte de un paciente a las 11:25 PM me preguntaba que pasa con la memoria de los pacientes que fallecen, sus recuerdos, lo que aprendieron durante su vida, sus éxitos, sus fracasos, sus ilusiones, sus buenos y malos momentos. Pues hoy me doy cuenta que todo eso queda “fosilizado” en la memoria de las personas que seguimos en este mundo. Co-incidencialmente mi hermana me manda este escrito en memoria de mi abuelo SEVERIANO CENDALES CORREA, MD en su natalicio y he decidido publicarlo tanto en HERMES.

Seguramente estas palabras solo las entienda la familia pero me parece importante dejarlas en el ciberespacio.

En memoria de mi abuelo en su natalicio,

Querido papá mijo sentarme a escribirle esta corta pero sentida carta es una difícil, triste y melancólica experiencia, tan difícil triste y melancólica como fue su muerte, me parece increíble que usted ya no esté para saludarlo como usted nos enseño buenos días, buenas tardes o buenas noches papa mijo con el respetuoso y cariñoso beso en la frente que le dimos una y otra vez.

En la profunda tristeza, con el corazón desgarrado y tendido en mi cama como estoy yo llenando este pequeño espacio de tiempo con las lagrimas mas sinceras, inocentes y autenticas que jamás hayan salido de mis ojos, quiero decirle una vez mas que su ausencia es y será una de las mas inaceptables realidades, que su presencia en nuestras vidas y particularmente en la mía ha sido una de las grandes bendiciones que Dios nos ha y me ha dado.

El otro día hablaba con mi papa sobre cuando Ud. me sacaba al bus y me metía en su ruana de Ubate queriéndome proteger de algo mas que el frío, hoy en día también siento frío algunas días y noches en las que siento una inmensa e ineludible soledad sintiendo que todo el mundo de alguna u otra forma cuenta con alguien a su lado y yo mientras tanto sigo sola pero con el anhelo y la esperanza que algún día eso deje de ser así y encuentre a un ángel enviado por usted una persona distinta a las demás como lo hemos hablado desde la distancia del cielo a la tierra que hoy en día paradójicamente nos sirve de canal espiritual de comunicación.

Las cosas acá siguen igual, su partida fue el comienzo de la desarticulación de la familia que convergía solo por su presencia, todos pelean por algo, algunos sin razón queriendo reclamar cosas a las que tienen derecho legalmente pero que tal vez no merecen, en fin.

Gracias por su compañía en mis largas noches en las que trabajo hasta altas horas, quisiera algún día que pudiéramos volver a jugar con las manos, me acuerdo mucho de sus manos que tanto me dieron, que se juntaban incansablemente con las mías, hoy como muchos días desde su muerte lo extraño y me despido con el ingenuo pero sensato pensamiento de que usted esta junto a mi y que como cuando era chiquita ahora que soy adulta me protege cada minuto, cada hora y cada día de mi vida con sus manos que desde el cielo bajan para impulsar, detener o esquivar los bueno, lo malo o lo inconveniente para mi.

Siempre lo llevo en mi mente, y aun hoy años después de su muerte lloro desconsoladamente por su muerte, la única muerte que he vivido y las dolorosa de las muertes, me despido desde acá con el sentido eterno respeto y agradecimiento de siempre.

Nani.